En los museos, los expositores de vidrio se utilizan para proteger los objetos preciosos de daños o deterioro, a la vez que se presentan con la mejor luz posible. Pero, a veces, el vidrio en sí mismo puede actuar como un obstáculo para la vista. El resplandor y el reflejo no deseados evitan que los visitantes tengan una visión nítida y vean el objeto en su color original. El vidrio ideal para museos debe permitir una interacción más cercana e íntima con el objeto expuesto, así como proporcionar seguridad, seguridad y protección ultravioleta (UV), fundamental para los objetos valiosos expuestos.